Desde hace muchos años, trabajo con personas utilizando cuestionarios de feedback de 360º. A veces han sido escritos por mí, a veces por grandes consultoras y otras por la compañía cliente. Además, trabajando con equipos reales, he utilizado metodologías de feedback a través de las que los miembros del equipo dan un feedback más directo. Y también yo mismo he recibido feedback tanto formal como informal. Todo esto aporta valor, pero la gran pregunta es, ¿qué hago con todo esto?
Muchas compañías, con su enamoramiento por las cosas escritas y estructuradas, apuestan fuertemente por el “Plan de Acción” como si hacer esto fuera a garantizar resultados. En mi experiencia, el único resultado que he visto es mucho plan y poca acción. Hay que ir más allá. La primera cuestión que tenemos que plantearnos es ¿de verdad quiero desarrollarme? La respuesta a esta pregunta no es para la compañía o para la organización donde trabajo, es para mí, ¿de verdad quiero cambiar? Hay que ser completamente sinceros con nosotros mismos porque desarrollarnos no es fácil, de hecho es muy, muy difícil, requiere hacer las cosas de otra manera, exige pensar e interpretar de otra forma. Requiere trabajo, coraje, paciencia y coherencia.
Sí quiero
Si la respuesta a todo esto es sí, entonces tengo que responder a otra pregunta, ¿qué prioridad doy a este auto-desarrollo? Quizás me gustaría hacerlo pero tengo mucho trabajo, mi empresa me somete a mucha presión para conseguir resultados, casi siempre a corto plazo, y además cualquier recompensa que me dan está en realidad totalmente vinculada a la consecución de estos resultados cortoplacistas. Mi jefe me dice que quiere dedicar tiempo a mi desarrollo pero la última vez que hablé con él fue hace tres semanas. Por otro lado, tengo una familia que me quiere como soy y no tengo tiempo suficiente para dedicarles, ¿cómo voy a encontrar tiempo para desarrollarme? Y si consigo cambiar, ¿cuales serán las consecuencias?
Estas reflexiones son importantes, son sinceras y reales. Tenemos que encontrar respuestas a todo esto. Desarrollarme no quiere decir que vaya a ser otra persona, como dijo Isabel Myers, la meta no es ser otra persona, sino de ser la mejor versión de mi mismo posible. No lo hagas por tu empresa ni para tu familia, hazlo por ti, después los demás se beneficiarán, pero hazlo por ti y así tendrás más posibilidades de avanzar.
Una vez que decidimos trabajar un poco sobre nosotros, entonces es el momento de analizar todo este feedback que la gente nos da. Un buen punto de partida es dividir el feedback en lo que ya sabía y lo que ha resultado una sorpresa. Con el feedback que me confirme lo que ya sabía ya puedo decidir lo que quiero trabajar. Con el feedback que está en el grupo de la sorpresa, tengo que identificar lo que sería de verdad cierto. A veces el feedback de otra persona tiene más que ver con él que conmigo, y otras veces se hacen observaciones brillantes. Las cosas que son realmente ciertas son perfectamente reconocibles. Como en el fondo nos conocemos, sabemos cuándo otra persona dice algo acertado sobre nosotros.
Ahora tenemos que decidir cómo lo vamos a trabajar. Si el feedback tiene que ver con mi manera de ver la realidad, entonces puede ser interesante invertir tiempo y energía en buscar evidencias o pruebas que apoyen otras interpretaciones. Con pruebas es más fácil cambiar mi manera de pensar, y si consigo cambiar mi forma de ver las cosas, incluso en un solo área de mi vida, las acciones que van a venir de esta nueva visión serán completamente nuevas para mí. Y esto me da pie para cambiar mi modo de hacer las cosas. El único plan de acción que vale cualquier cosa es aquél que identifica nuevos comportamientos. Decir que voy a ser más paciente en realidad no quiere decir nada, y como no quiere decir nada, nada va a cambiar. Hay que identificar aquellos comportamientos que serían un ejemplo concreto de “ser más paciente” y practicar, empezando por un solo comportamiento y no iniciar el segundo hasta que me sienta al menos un poco cómodo con el primero.
He visto a mucha gente cambiar su manera de pensar y de hacer las cosas sin modificar en esencia quienes eran. Yo mismo puedo decir que he hecho esto, quizás no tanto como me habría gustado, pero algo de progreso sí he conseguido, y por lo tanto sé que es posible. El secreto es querer hacerlo.
Cinco Consejos para sacar provecho del feedback
- Ser sincero contigo mismo sobre la cuestión de si realmente quieres desarrollarte.
- Ser sincero contigo mismo sobre si te importa lo suficiente para hacer el esfuerzo.
- Entre todo el feedback que recibes, identificas qué es realmente cierto y eliges cuál quieres trabajar.
- Para pensar de una manera diferente, busca pruebas que apoyen otras formas de ver las cosas.
- Trabajar una cosa sólo, identificando el comportamiento a practicar y no pasar a la siguiente hasta que te sientas cómodo con el primero.
Y vosotros, ¿qué ha funcionado para vosotros?
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